Fue como si te conociera de toda la vida, como si nuestra amistad llevara muchos años de camino, te miré a los ojos y lo supe, vi lo que me decías sin palabras y la sensación de que a ti te ocurría lo mismo recorrió mis venas. Y que ojos.... que mirada, tan rasgada, tan directa, tan confusa pero tan clara, dulce y a la vez intimidante, una mirada que acompañada de tu sonrisa me perforó las entrañas, me llenó el estomago de rayos y truenos, una tormenta de nervios y confusiones me llenó el cerebro y el corazón no dejaba de latirme con demasiada fuerza... sabia lo que quería, pero me daba miedo conseguirlo, cerré los ojos y dejé que mi cuerpo sintiese tu presencia atravesar mi piel, sentía el calor de tus manos, tus palabras y nuestros silencios y cada vez que abría los ojos te sentía mas cerca de mi rostro, de mi aliento, de mis labios, unos labios que deseaban con amargura sentir tu sabor, ser rozados hasta el límite del aguante, para terminar en un cálido beso, ese contacto que aumentaría el remolino de emociones que corría por mi interior.... pero no llegaba, no lo harías a menos que yo lo intentase antes.
La tentación fue demasiado fuerte para los dos, una atracción imparable nos llevaba cada vez mas a dentro de ese volcán que los dos sabíamos que estaba a punto de estallar, y no pude mas, sabia que no debía pues si llegaba tan solo a rozar tus labios ya no me podría despegar de ti, y aun así, llena de dudas y temores te miré a los ojos, y vi en ellos el consentimiento de un deseo tan acobardado como el mio. Quise captar cada instante, cada sensación, cada reacción tuya..... y solo fui capaz de abrumarme con tu calor, ese fuego que iniciándose en el interior de tu boca colmó la mía a través de la humedad de tu lengua y se filtró por todo mi cuerpo con la misma abrasión cual la ola ansia humedecer la arena. Detrás de este muchos, incontables, irrefrenables, irremediables...a cual mejor...unos dulces y cariñosos, otros con la profundidad de la pasión, fugaces y eternos, cálidos y abrasadores, y otro.... ese en el cual mi lengua sorbió el frío del acero de tu interior, esa pelea amorosa con un arma demasiado fuerte para la victoria de la negación.....
cinco años atrás.....